“Me encontré con un hermoso animalito. Soy de cuidar la naturaleza, por eso no la maté. Intenté capturarla sin lastimarla para poder enviarla al Instituto Malbrán, donde procesan el suero antiofídico, pero no obtuve respuesta de ninguna autoridad”, relató Nader.
El hombre explicó que llamó a la Policía, a personal municipal e incluso a medios de comunicación, con el objetivo de recibir alguna orientación sobre cómo actuar ante la presencia de una serpiente venenosa en zona urbana. Mientras tanto, mantenía al animal confinado dentro de una caja de pesca adaptada, con medidas de seguridad.
“Llamé a todos lados. Nadie sabe qué hacer. Y tampoco quiero liberarla en cualquier lugar, porque podría poner en riesgo a alguien. Estos animales cumplen un rol en la naturaleza, controlan roedores, por eso hay que preservarlos”, afirmó.
Nader destacó la importancia de la educación ambiental y de contar con protocolos claros para estas situaciones: “Mucha gente los mata por miedo, pero hay otras formas de actuar. Solo hace falta que alguien te diga cómo proceder”.
“Es una lástima porque con este ejemplar se podría hacer suero que salva vidas”, agregó.
Finalmente, horas después confirmaron que la serpiente será retirada del domicilio por personal de la dirección provincial de Recursos Naturales y Fiscalización para proceder a su liberación en su hábitat natural.
El hecho, además de generar sorpresa, abre un interrogante importante: ¿qué hacer y a quién recurrir ante la aparición de serpientes venenosas en entornos urbanos?
Desde Bomberos Voluntarios de Paraná destacaron que, además de intervenir en incendios y accidentes, brindan múltiples servicios comunitarios.
“Muchas veces pasa que los vecinos tienen miedo de llamar por situaciones simples como el hallazgo de una serpiente o una comadreja. Y nosotros estamos para eso, para ayudar en lo que se necesite”, dijo el cabo Pablo Aquino.
