Objetivos de “Entre Ríos – Entre Viñas” 3v651e
Noventa años después del destierro de la producción por una decisión política, la Asociación de Vitivinicultores de Entre Ríos (AVER) recuerda que el terroir entrerriano fue el cuarto productor de vinos del país. «La AVER lo que está tratando de hacer es que podamos lograr el mejor vino posible. No sacar cualquier vino», aseguró su presidente María Jesús Vulliez.La presidenta de la Asociación de Vitivinicultores de Entre Ríos (AVER), María Jesús Vulliez, contó en diálogo con "Lo Que Queda del Día" (en Oíd Mortales Radio, emisora de El Entre Ríos en Concordia), que “Entre Ríos - Entre Viñas” propone «una serie de actividades donde básicamente están casi todos los bodegueros de la provincia, aunque no sean parte de AVER también están todos invitados, y poder charlar con los propios dueños de las bodegas, degustar sus vinos, hablar de sus características, también se realizan catas, también hay música, gastronomía. Hay mucho para conocer, saber y mostrar de lo que es la vitivinicultura en Entre Ríos».
Remarcó que «el objetivo principal de estos eventos es hacernos conocer, porque todavía hay gente de Entre Ríos que no sabe que hacemos vinos». Esta será la quinta edición de Entre Ríos-Entre Viñas, organizada de manera conjunta entre la Asociación de Vitivinicultores de Entre Ríos, con el gobierno de la provincia y el CFI (Consejo Federal de Inversiones). Tendrá lugar en Bodegas Robinson, 12 y 13 de septiembre.
25 bodegas en Entre Ríos 4x5a2o
El último censo reveló que en Entre Ríos hay 5 bodegas industriales y unas 20 bodegas entre artesanales y de elaboración casera. Más de 12.000 kilos de uva procesada al año es considerada bodega industrial. Hay productores que tienen solamente viñedos, no tienen bodega y en consecuencia no elaboran vino. «Vinifican en otra bodega», precisó Vulliez. Estas 25 bodegas de Entre Ríos representan unas 100 hectáreas, «muy poquito en comparación a lo que tuvimos alguna vez, que fueron casi 5.000 hectáreas en la provincia. Llegamos a ser la cuarta provincia en producción de uva en el país, hasta los años 30″, recordó Vulliez.«Estamos de a poquito tratando de remontarnos -agregó-, no creo que lleguemos a este número (previo a la erradicación en 1935), pero la realidad es que va creciendo exponencialmente, porque siempre va creciendo la cantidad de viñedos que se plantan, de proyectos y de bodegas. No hay una línea plana, siempre está ascendente, así que eso nos impulsa a seguir creciendo y hay mucha gente que se entusiasma y quiere plantar, no hace falta tener 100, 200 ó 1.000 hectáreas, con tener una cuarta hectárea, una hectárea, dos hectáreas, se puede plantar. Es un trámite que se hace en el INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura), lo ideal es inscribirlo para después poder hacer los censos, pero cualquiera puede plantar teniendo el terreno, después viene el análisis del suelo, el asesoramiento técnico de ingeniero agrónomo para ver qué se hace», reseñó,
El terrior de los vinos entrerrianos 65z4s
Acerca de las condiciones de mercado para colocar mayores niveles de producción, respondió que «el mercado del vino no es algo que nace por una necesidad, de que la gente necesita tomar el vino, es una oferta diferente que hacemos. El vino entrerriano tiene sus propias características», explicó.Comparó que «tenemos vino mendocino, sanjuanino, salteño, el del sur, ahora de Córdoba, el de Buenos Aires, son diferentes terrior. Lo que tiene el vino de particular es eso, que según dónde se planta ese vino va a tener una particularidad diferente. Yo, en cambio, puedo hacer cerveza en cualquier lugar del planeta con la misma receta, que va a poder salir más o menos la misma cerveza, dependiendo del agua del lugar nada más, pero no varía tanto como hacer un vino. El terrior le da muchas, muchas características a ese vino de ese lugar. Entonces, nosotros nos diferenciamos por eso y por el paisaje vitivinícola que tenemos con el que además podemos ofrecer experiencias al turista».
Vitivinicultura y turismo 1h581f
Destacó que la vitivinicultura zonal está muy vinculada con las experiencias turísticas. «Dicen que conocer el mundo del vino es un viaje de ida, pero no solo por tomarlo, sino por conocer la vida, la forma de elaborarlo, quiénes lo hacen. Tiene un mundo muy rico y muy lindo para conocer, nosotros ofrecemos eso y creo que es nuestro fuerte. Y acá además, nosotros somos los dueños los que recibimos a los turistas. Es otra diferencia que tenemos y la gente queda muy contenta, porque además estamos muy cerca de ciudades muy grandes para que puedan acercarse».“No tenemos pretensión de góndola” 4b2u1v
Respecto de cuáles son las pretensiones de las bodegas entrerrianas, aseguró que las bodegas industriales, más allá de la categorización, no son de grandes cantidades de litros. Precisó que «nosotros, por ejemplo, que somos la bodega Vulliez Sermet, en Colón, tenemos una elaboración anual de nuestra uva de tres hectáreas y media, de unos veinte mil litros aproximadamente. Eso nos sirve para abastecer a los turistas que vienen a conocernos, tenemos visitas todos los días del año, y para algunas vinotecas de acá de la zona, algunos restaurantes, y ya se nos termina. Entonces no podemos ni pensar por ahora en exportar. Pero cada uno, cada propietario de su bodega tendrá sus expectativas».«Nosotros por lo menos, no tenemos pretensión de góndola de supermercado», aseguró y precisó que «somos de las bodegas un poco más grandes de acá de Entre Ríos. Pero cada uno verá su horizonte».
Remarcó que «lo que la AVER está tratando de hacer, como asociación, es que podamos lograr el mejor vino posible. No sacar cualquier vino. Y por eso gestionamos cursos, asesoramiento, ingeniero agrónomo, enólogo, para que nos asesoren de cómo, de qué defectos puede tener el vino y cómo no tenerlos a esos defectos. Todas esas cuestiones desde hace ya cuatro años, más o menos. Estamos teniendo asesoramientos para poder sacar el mejor vino posible. Esta es la visión de la asociación». Que tenga incluso dentro de lo artesanal o casero el perfil técnico de excelencia, itió.
Respecto de los métodos, dentro de lo casero y artesanal, comentó que están los dueños incluso en la cosecha y respecto del pisado del vino, explicó que «no es que se haga así, antes se hacía así. Ahora se puede hacer como una parte de experiencia, tipo show, pero no se muele así la uva. Algunas bodegas lo pueden ofrecer. Hoy por hoy está todo muy tecnificado, todo acero inoxidable. Lo que es madera es solamente para la guarda en barrica. Pero nada más, está todo muy tecnificado y la parte sanitaria mucho más cuidada que antes», destacó.
Aclaró eso sí que «la barrica de roble es un elemento casi que fundamental en casi todas las bodegas del mundo y desde la artesanal hasta en la industrial más grande, la madera le aporta muchísimo al vino. Es como terminar de hacerlo ahí en la barrica. Eso no tiene que ver con que sea artesanal o industrial».
Procesos integrados 1617w
La expo Entre Ríos, Entre Viñas, que tendrá lugar en la «imponente» Bodega Robinson, como la calificó María Jesús Vulliez, presidenta de la Asociación de Vitivinicultores de Entre Ríos (AVER), será también una ocasión para que en quienes se pueda despertar el interés por la actividad, puedan conocer y ver las alternativas. «Ahí puede hablar con cada bodeguero y saber de su experiencia, cómo fue. Nosotros somos muy colaborativos en ese sentido, contamos todo lo que nos pasó, cómo empezamos, a dónde recurrir para comprar insumos y todo eso, es lo que nos caracteriza de que todos nos vamos pasando los datos y que animamos a los otros a que puedan unirse también».Acerca de cuáles son las dificultades que está enfrentando la producción vitivinícola y qué necesita para crecer, respondió que «lo que nos faltaría es por ahí más terreno. Por ahí hay gente que tiene terrenos, campos ociosos, hay que ver de la forma de poder ocuparlos, con un acuerdo con el dueño, tipo arrendamiento, son cuestiones que se pueden ver. Pero más que nada lo que a nosotros nos perjudica mucho es el tema de los insumos, que están todos muy lejos. Acá no hay negocios donde venden corchos o botellas, está todo allá en Mendoza».
Respecto de la posibilidad de integración de la actividad entre distintos productores y eslabones destacó que «sí, eso es cuestión de juntarse y hablarlo. Hay mucha gente que tiene el viñedo solamente y vinifica en otro lugar, no tan lejos. Nosotros -ejemplificó- recibimos de Paraná, a 250 kilómetros. No es tan difícil. Pero ya les digo, es un camino de ida, porque uno plantó la plantita y quiere seguir cuidándola, ver cómo evoluciona y todo lo que lleva».
Las uvas preferidas de los entrerrianos 6c6u3s
El vino entrerriano tiene hoy como destino mayormente al turista. «Por suerte tenemos una provincia que tiene turismo y por lo menos acá en Colón, se va el 80, 90%», hacia ese destino destacó Vulliez, .»En las visitas, en las degustaciones».Acerca de si el entrerriano consume vino entrerriano, dijo que «cuanto más se hace conocer, más gente lo pide. Así que sí». La uva Tannat es la que se destaca entre las preferidas tanto de los productores como de los consumidores del vino entrerriano. «Pero también hay otra que empezamos a traer hace poco, que anda muy bien acá, porque no agarra muchas pestes, se banca cualquier clima, y es la Marselan. La uva Marselan es una cepa que se hizo en laboratorios en Francia hace unos 60 años y es una mezcla genética de Garnacha y Cabernet Sauvignon».
«Acá en Entre Ríos a todos los que la plantan les sale buena uva y funciona muy bien. Será porque es de la región de Marsella, de Francia, donde el clima es muy parecido acá. Así que esas dos cepas son las más emblematicas del entrerriano», precisó.
Respecto de los precios dijo que «algunas veces sí y otras no» son más caros que los vinos de supermercado. Aclaró que «el tema de los insumos nos sale más caro a nosotros, entonces el producto nos sale más caro hacerlo en poca cantidad. Pero está más o menos». Dijo que andan los precios en torno de los 8 mil a 10 mil pesos la botella.