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El emocionante camino de dos entrerrianos en Roma: la Virgen de Luján, la tumba de Francisco y el Papa León XIV - Noticias - Elentrerios.com
Colón
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“Vivimos una emoción profunda, no solo desde la fe, sino por ser testigos de un momento histórico que marcará nuestras vidas para siempre”, reflexionó el concordiense Hernán Casanovas para El Entre Ríos al finalizar un 8 de mayo de 2025 inolvidable.
El día antes había llegado junto a su esposa a Roma con el pleno deseo de ser testigos del momento en que era elegido el papa 267 de la Iglesia Católica. En efecto, Robert Francis Prevost es el nuevo sucesor de Pedro y el responsable de guiar a la Iglesia alrededor del mundo.
El camino de los entrerrianos protagonistas de esta crónica comenzó este jueves, día de la Virgen de Luján, con su participación en la misa en la Iglesia Argentina en Roma, presidida por monseñor Carlos Malfa (Obispo Emérito de Chascomús y actualmente misionero en Tierra Santa).
“De esta manera, a las 7:30 comenzaríamos nuestro itinerario, pidiendo a nuestra Madre su intercesión para que acompañe a los Cardenales en esta tarea tan importante: elegir un Obispo para Roma”, afirmó el de Concordia y contó que, finalizada la misa, se dirigieron a la Basílica Papal de Santa María la Mayor.
“Allí, alrededor de las 9 de la mañana, visitamos la tumba del Papa Francisco. Rezamos por su eterno descanso y pedimos por el buen desarrollo del Cónclave”, marcó y continuó: “a eso de las 10:30 ya habíamos pasado los controles de seguridad del Vaticano y nos encontrábamos en la Plaza de San Pedro, listos para esperar la segunda fumata, que resultó ser negra, indicando una tercera votación sin acuerdo”.
“En ese momento supimos que el Cónclave probablemente nos sorprendería con un Papa cuyo nombre no figuraba entre los tan difundidos ‘papables’”, itió y reflexionó: “comprendimos que, así como Bergoglio sorprendió en su momento, ahora otro lo haría también”.
Por la tarde, regresaron a la Plaza de San Pedro, nuevamente a la espera de alguna señal. itió que estaban muy cansados así que optaron por ubicarse en un rincón, lo más adelante posible y aprovecharon para descansar.
¿Cuál era el sentir en esos momentos para los miles que estaban en la Santa Sede? “La tensión se hacía sentir en la Plaza, que hacia las 17:30 comenzó a llenarse de aplausos y gritos espontáneos, como si se quisiera adelantar la decisión de los Cardenales”, reveló.
Fue así que, alrededor de las 18 (hora de Roma, son 5 menos en Argentina), “la gente se detuvo a mirar las pantallas gigantes instaladas en la plaza, donde se veía una gaviota acercándose a la chimenea de la Capilla Sixtina. La multitud aplaudía, gritaba y esperaba con ansias. No pasó mucho tiempo hasta que, a las 18:07, un abundante humo blanco se hizo visible”.
“Gritamos de alegría, celebramos con personas de todas las nacionalidades, y las lágrimas de emoción se hicieron presentes en abrazos que quedarán grabados para siempre en nosotros”, describió y amplió: “las campanas no dejaban de sonar. En ese instante, la Guardia Suiza hizo su aparición al son de instrumentos musicales”.
A continuación, la coronación de una extensa jornada de espera, gozo y gratitud: “esperamos alrededor de una hora. A las 19:12, el cardenal Dominique Mamberti apareció en el balcón para anunciar a todos los presentes el tan esperado ‘Habemus Papam’. Confirmamos entonces que el elegido no era ninguno de los nombres que tanto se mencionaban. Anunció su nombre y el nombre que asumiría: ‘León XIV’. La plaza comenzó a clamar ‘¡Leone, Leone!’”, relató.
Minutos después, el nuevo Papa salió al balcón “con un mensaje de paz contundente”, valoró para finalizar este relato que pretende compartir con sus ojos de laico entrerriano las sensaciones de ser partícipe de un momento singular que la humanidad entera siguió con peculiar atención.